María va al cole con Miguel
Era el primer día de cole, y María se sentía muy feliz
Iba a conocer a muchos niños, iba a jugar, y la habían dicho
que iba a cantar, y aprender a leer como su hermano Miguel.
Miguel leía muy bien todas las palabras que encontraba por
la calle, y hasta el nombre de las calles, a María aquello le parecía
maravilloso.
Miguel para ir al colegio iba leyendo los carteles donde
ponía como se llamaba la calle:
“Calle del Pez
contamos 10 pasos hacia delante y cruzamos por la
calle de la Gabiota, atravesamos la
calle de Pizarro y nos encontramos en la
Plaza del Pan, caminamos por la derecha de la Avenida de los
Monagos y nos encontramos en la calle de la Tortola y ya hemos llegado”.
María se lo había aprendido de memoria, le encantaba la
aventura de ir sola al colegio con su hermano. Un día le preguntó:
-Oye Miguel, ¿porqué
las calles siempre tienen el mismo nombre?
Sería más divertido si de vez en cuando cambiaran los letreros y además
en ellos pusieran flores o dibujos ¿No
crees?
Y Miguel comenzó a reírse, qué cosas dices María. Las calles
no pueden cambiar de nombre porque la gente se perdería, imagina que viene un
niño nuevo a vivir a nuestro edificio, si nosotros le decimos el camino que
tiene que hacer hasta el cole:
“Calle del Pez
contamos 10 pasos hacia delante y cruzamos por la
calle de la Gabiota, atravesamos la
calle de Pizarro y nos encontramos en la
Plaza del Pan, caminamos por la derecha de la Avenida de los Monagos y nos encontramos en la calle de la Tortola y ya hemos llegado”.
Seguro que llega sin problemas, pero si cambian los nombres
y no sabemos por donde tiene que pasar
para llegar al cole no podrá encontrarlo nunca.
María pensativa,
dijo:
-Es verdad, así que no se cambian para que la gente no se
pierda. Pero sabes una cosa, no pasaría nada porque podrían venir con nosotros
porque ya nos conocemos el camino sin nombre y con nombres.
Pues sí María, pero imagina que cada día te cambiara mamá de
nombre, ¿cómo te iban a llamar en el cole? María siempre tenía la solución y
esta vez también contestó:
-
Pues muy fácil el nombre de ayer.
Miguel comenzó a reírse
Y María mientras caminaba al colegio pensaba
-“El lunes me llamaría Inés, porque al estar descansada
estaría muy bien
El martes Tesesa
El miércoles Loles me
irá de perlas
El jueves Nieves
El viernes Mercedes
El sábado Dolores
Y el domingo María
para dar gusto a mamá que fue la que lo eligió”
Pero María sabía que los nombres no se cambian porque sino
nadie sabría cómo llamarte.
Miguel dijo: Calle de la Tortola, y María
mirando al colegio dijo:
-Ya hemos llegado.
Y este cuentito ya se
ha acabado.
Juana Tenorio
Como recurso os dejo este enlace donde podréis encontrar muchos cuentos para leer y contar. Para disfrutar y aprender. http://www.encuentos.com/infantiles/cuentos-con-rimas/
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