lunes, 24 de febrero de 2014

María va al cole con Miguel

María va al cole con Miguel

Era el primer día de cole, y María se sentía muy feliz
http://www.shutterstock.com/pic.mhtml?id=57670474
Iba a conocer a muchos niños, iba a jugar, y la habían dicho que iba a cantar, y aprender a leer como su hermano Miguel.
Miguel leía muy bien todas las palabras que encontraba por la calle, y hasta el nombre de las calles, a María aquello le parecía maravilloso.
Miguel para ir al colegio iba leyendo los carteles donde ponía como se llamaba la calle:
“Calle del Pez  contamos 10 pasos hacia delante y cruzamos  por  la calle de la Gabiota, atravesamos la  calle de Pizarro y nos encontramos en la  Plaza del Pan, caminamos por la derecha de la Avenida de los Monagos  y nos encontramos en la   calle de la Tortola y ya hemos llegado”.
María se lo había aprendido de memoria, le encantaba la aventura de ir sola al colegio con su hermano. Un día le preguntó:
-Oye Miguel,  ¿porqué las calles siempre tienen el mismo nombre?  Sería más divertido si de vez en cuando cambiaran los letreros y además en ellos pusieran flores o dibujos  ¿No crees?
Y Miguel comenzó a reírse, qué cosas dices María. Las calles no pueden cambiar de nombre porque la gente se perdería, imagina que viene un niño nuevo a vivir a nuestro edificio, si nosotros le decimos el camino que tiene que hacer hasta el cole:
“Calle del Pez  contamos 10 pasos hacia delante y cruzamos  por  la calle de la Gabiota, atravesamos la  calle de Pizarro y nos encontramos en la  Plaza del Pan, caminamos por la derecha de la Avenida de los Monagos  y nos encontramos en la   calle de la Tortola y ya hemos llegado”.
Seguro que llega sin problemas, pero si cambian los nombres y no sabemos  por donde tiene que pasar para llegar al cole no podrá encontrarlo nunca.
María pensativa,  dijo:
-Es verdad, así que no se cambian para que la gente no se pierda. Pero sabes una cosa, no pasaría nada porque podrían venir con nosotros porque ya nos conocemos el camino sin nombre y con nombres.
Pues sí María, pero imagina que cada día te cambiara mamá de nombre, ¿cómo te iban a llamar en el cole? María siempre tenía la solución y esta vez también contestó:
-          Pues muy fácil el nombre de ayer.
Miguel comenzó a reírse
Y María mientras caminaba al colegio pensaba
-“El lunes me llamaría Inés, porque al estar descansada estaría muy bien
El martes  Tesesa
El miércoles  Loles me irá de perlas
El jueves  Nieves
El viernes   Mercedes
El sábado   Dolores
Y el domingo  María para dar gusto a mamá que fue la que lo eligió”

Pero María sabía que los nombres no se cambian porque sino nadie sabría cómo llamarte.
Miguel dijo: Calle de la Tortola,  y María  mirando al colegio dijo:
-Ya hemos llegado.
 Y este cuentito ya se ha acabado.

Juana Tenorio


Como recurso os dejo este enlace donde podréis encontrar muchos cuentos para leer y contar. Para disfrutar y aprender. http://www.encuentos.com/infantiles/cuentos-con-rimas/

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